Page 40 - Revista Celiacs de Catalunya

envasado, aunque de entrada no contenga, ya que
en la industria, el gluten se utiliza como aditivo (para
dar elasticidad, esponjosidad, para espesar) o porque
puede haber contaminación cruzada.
Recomendaciones en la compra:
• Consultar siempre la etiqueta de los alimentos.
• Ante cualquier duda, no consumir el producto.
• Eliminar los productos “a granel”, los artesanos y los
que lleven etiqueta.
• Consultar el listado de alimentos sin gluten de la
Associació Celíacs de Catalunya.
• Tener precaución con alimentos importados.
• No abusar de los productos que, incluso estando
etiquetados como libres de gluten o con bajo contenido
en éste, han sido elaborados con materias primas
que lo contienen (bollería, pizzas, etc.). Es preferible
optar siempre por alimentos frescos (verduras, frutas,
legumbres, frutos secos, etc.).
Recomendaciones en casa para evitar la
contaminación cruzada:
• No reciclar caldos o aceites.
• Evitar contacto directo entre productos con gluten y
sin gluten.
• Utilizar enseres bien limpios para los alimentos sin
gluten.
• Utilizar una tostadora exclusiva para el pan sin
gluten o utilizar una bolsa especial no inflamable para
introducir el pan dentro de este aparato.
• Tener bien identificados los productos sin gluten. En el y/o la EC tras algunas infecciones virales. Otro factor
caso de productos para untar (por ejemplo, margarina),
no introducir el cuchillo con restos de pan.
¿Y si se come fuera de casa?
Se tiene que tener en cuenta que no todos los
establecimientos alimentarios ofrecen opciones sin
gluten, pero todos tienen la obligación de proporcionar
información al consumidor sobre el contenido en
gluten de su oferta gastronómica, tal como establece
el Reglamento (UE) núm. 1169/2011, que es de
aplicación en la Unión Europea desdel 13 de diciembre
de 2014. La Associació Celíacs de Catalunya dispone
de un listado de establecimientos que sirven productos
sin gluten.
¿Se tiene que reducir la lactosa de la dieta?
Es posible que en el momento del diagnóstico de la
celiaquía se presente una intolerancia secundaria a la
lactosa, la cual acostumbra a desaparecer a medida
que el intestino se recupera. En estos casos habrá que
restringir la lactosa de la dieta de forma temporal.
¿Y las terapias alternativas o complementarias?
No hay evidencia científica de que otras terapias
diferentes de la DSG sean efectivas para tratar la
celiaquía.
Celiaquía y diabetes, pareja no
tan extraña
Dra. Gemma Castillejo de Villasante.
Médico responsable de la Unidad de Gastroenterología
Pediátrica del Servicio de Pediatría del Hospital
Universitario Sant Joan de Reus
La incidencia de todas las enfermedades autoinmunes
ha aumentado rápidamente durante el siglo XX y el
inicio del XXI. La prevalencia de la enfermedad celíaca
(EC) en la población general es del 1% y entre la
población con diabetes mellitus tipo 1 (DM1) es del 8%
de media (es decir, ocho veces más).
Hace 15 años, la prevalencia de EC entre los DM1
era del 3%, por lo que casi se ha triplicado durante la
última década. Los grupos de mayor riesgo parecen ser
los niños diagnosticados de DM1 antes de los 4 años
de edad y de sexo femenino. Cuando los individuos
presentan ambas enfermedades, suele diagnosticarse
primero la DM1 (hasta en el 90% de los casos) y es
poco frecuente (aunque posible) que aparezca al revés,
generalmente durante los primeros meses o un año
tras el diagnóstico de la EC.
La diabetes mellitus tipo 1 o infanto-juvenil (porque
la época más frecuente de diagnóstico es desde la
edad infantil hasta el adulto joven) es una enfermedad
autoinmune, caracterizada por la pérdida de las
células de los islotes de Langerhans del páncreas,
responsables de la producción de insulina. La insulina
es una hormona imprescindible para poder utilizar la
energía aportada por los alimentos, ya que favorece
que la glucosa de la sangre entre en las células del
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organismo y sea utilizada como carburante. La falta de
insulina provoca que esta glucosa no sea aprovechada
correctamente y como consecuencia de ello, los niveles
en sangre se elevan, produciendo síntomas a corto y
a largo plazo. Debido a una carga genética común y
la relación entre factores ambientales e inmunológicos,
los pacientes con DM1 tienen más riesgo de desarrollar
otras enfermedades autoinmunes, siendo las más
frecuentes la tiroiditis autoinmune y la enfermedad
celíaca.
La enfermedad celíaca es otra enfermedad autoinmune,
caracterizada por la destrucción (atrofia) de la mucosa
intestinal del duodeno, lo que provoca diversos grados
de malabsorción intestinal.
El hecho de que la prevalencia de EC sea mayor en
los pacientes con DM1 que en la población general
es conocido desde hace años. Esta asociación se ha
relacionado con la presencia en ambas enfermedades
del mismo patrón genético HLA (HLA-DQ2 y DQ8),
lo que predispone a ambas enfermedades. Es decir,
tanto en la EC como en la DM1 es necesario poseer
unos determinados genes para poder desarrollar la
enfermedad, aunque no todos los individuos con estos
genes la desarrollarán, ya que es necesario un factor
ambiental desencadenante que pueda activarlas. Se
cree que el consumo de gluten podría ser un factor
causal para ambas enfermedades, aunque también
existen hipótesis que explicarían el inicio de la DM1
común entre ambas enfermedades es la presencia
de marcadores en la sangre (autoanticuerpos) que
actúan contra elementos del propio organismo
(anticuepos antiislotes de Langerhans o anticuerpos
anti-descarboxilasa del ácido glutámico contra
las células β del páncreas en la DM1 y anticuerpos
antitransglutaminasa o antiendomisio contra la mucosa
intestinal en la EC) Estos autoanticuerpos pueden estar
presentes años antes de que la enfermedad se haga
evidente.
Los síntomas que nos harán sospechar la presencia
de una DM 1 son: poliuria (micción frecuente),
polidipsia (mucha sed) y polifagia (hambre continua).
También se observa cansancio y pérdida de peso por
deshidratación. El tiempo entre el inicio de los síntomas
y el diagnóstico suele ser corto porque el organismo no
puede resistir muchos días sin insulina.
Los síntomas de la EC entre los pacientes con DM1,
ausentes hasta en el 50% de los casos, pueden
ser sutiles e incluso, atribuirse a un mal control de
la diabetes, como: niveles inestables de glucosa,
hipoglucemias frecuentes, disminución de los
requerimientos de insulina, retraso en el vaciamiento
gástrico, pérdida de peso, retraso de crecimiento en
niños y pérdida de la densidad ósea (osteopenia); todo
ello debido a la absorción errática de los alimentos
a través de una mucosa intestinal dañada. También
es frecuente hallar anemia ferropénica o elevación
de los enzimas del hígado. Si los hay, los síntomas
gastrointestinales más habituales (más frecuentes en
niños que en adultos) son dolor abdominal y diarrea,
junto con distensión abdominal, estreñimiento y
vómitos.
Tras el diagnóstico y el inicio de la dieta sin gluten
(DSG), los pacientes pueden presentar aumento de los
requerimientos de insulina y elevación de los valores
de hemoglobina glicosilada, debido a la mejora en la
absorción relacionada con la curación de la mucosa
intestinal y al tipo y densidad de los hidratos de carbono ¿Comes en la escuela?
contenidos en los productos sin gluten. En muchas
ocasiones lleva varios meses el observar los efectos
beneficiosos de la dieta.
Para realizar despistaje de la EC, el mejor marcador
en sangre son los anticuerpos antitransglutaminasa
de tipo IgA, aunque para confirmar el diagnóstico
es necesario realizar más pruebas, ya que los
pacientes con DM1 pueden presentar valores bajos
de anticuerpos antitransglutaminasa como expresión
de su autoinmunidad, sin coexistir con una EC. Por
este motivo, sólo iniciaremos una dieta sin gluten tras
comprobar la positividad de los análisis (anticuerpos
antitransglutaminasa con valores elevados y/o
anticuerpos antiendomisio) y la biopsia intestinal
compatible (atrofia de la mucosa intestinal). De todas
maneras, trataremos cada de forma individualizada.
Para una persona que ya realiza una dieta para la
diabetes, iniciar una dieta sin gluten (o viceversa),
suele ser complicado, ya que en muchas ocasiones,
los productos sin gluten contienen más carbohidratos
por ración que los equivalentes con gluten, por lo
que la dieta debe ser controlada de cerca por un/a
especialista en dietética y nutrición que sea experto/a
en diabetes y en celiaquía. En el caso de un diabético
que inicie una dieta sin gluten, durante las primeras
semanas deberá controlar de forma estricta los niveles
de azúcar ya que éstos pueden sufrir cambios tras el
inicio de la nueva dieta (por la curación de la mucosa
intestinal y por el tipo de hidratos contenidos en los
productos sin gluten).
Tras haber completado el seguimiento inicial y haber
obtenido valores negativos de la serología específica de
la celiaquía (ac antitransglutaminasa), se recomienda
realizar controles anuales, tanto desde el punto de
vista gastroenterológico como nutricional, ya que se ha
comprobado que el cumplimiento de la dieta, sobretodo
en casos asintomáticos al diagnóstico, mejora si
el paciente es controlado regularmente por ambos
especialistas. Por otro lado, el endocrinólogo pautará
los controles que crea más convenientes.
Es importante recordar que el hecho de haber sido
testado en una ocasión para descartar la EC no es
suficiente, ya que la enfermedad puede aparecer más
tarde, en cualquier momento. Por esta razón, si el
primer control tras el diagnóstico de la diabetes tipo 1
fue negativo, se recomienda realizar un control siempre
que aparezcan síntomas sugestivos o anual durante los
primeros 5 años y posteriormente cada 2 años hasta
los 10 años tras el diagnóstico de la DM1, ya que se
considera que éste es el periodo de más riesgo para la
aparición de la EC.
El riesgo de desarrollar EC en los familiares de primer
grado de un diabético tipo 1 es mayor (alrededor del
5-6%) que en la población general, por lo que algunos
autores recomiendan realizar también un control
serológico en este grupo, aunque éste es un tema
controvertido.
Laia García, celíaca y diabética
Laia tiene 10 años y vive en Pineda de Mar. Cuando
tenía 20 meses le diagnosticaron celiaquía. Al principio,
tanto a ella como a su familia se les hizo una montaña,
pero cada vez hay más productos, mejor etiquetados,
más establecimientos alimentarios….y puede seguir
la dieta sin gluten sin ningún problema. En la Escuela
Meritxell de Mataró adaptan todos los menús sin
problema y le controlan todo -no sólo porque la madre
sea maestra-. Cuando tenía 7 años, a partir de unos
análisis de control de celiaquía, le diagnosticaron
también que era diabética. La diabetes le ha costado
mas de asumir: “celiaca lo he sido siempre pero
siendo también diabética es más difícil”. Ser diabética
le supone mirarse el nivel de azúcar en sangre unas
6-8 veces al día y administrarse insulina cinco veces
para poder comer. Además, tiene que contar todas las
comidas por raciones. Con todo ello, Laia y su familia
no dejan de salir e intentar hacer vida lo más normal
posible.
¿Hay más niños celiacos en tu escuela?
¡Si! En mi clase somos tres niños celiacos. Lo que no
hay es otro niño celiaco y diabético. Diabéticos somos
dos en todo el colegio y celiacos, unos diez.
Cada día como en la escuela, ya que vivo en Pineda de
Mar y la escuela está en Mataró. Al mediodía no tengo
tiempo de ir a casa, comer y volver. En la escuela hacen
menús adaptados a cada intolerancia y necesidad.
Comemos todo igual que los menús normales pero sin
gluten, a mí además me vigilan todo el tema de los
hidratos y del azúcar. La verdad es que no he tenido
nunca ningún problema en el menú de la escuela, lo
adaptan todo, tenemos el cocinero allí y lo controla todo
muy bien.
¿Qué te gustaría que hubiera sin gluten y que
todavía no has podido probar?
¡Ahora puedes encontrar casi de todo! Lo que mas
rabia me da es que cuando pasas delante de una
pastelería y ves los pasteles o los ‘cupcakes’, donuts,
croissants.... Para comerlos sin gluten tienes que ir a
un sitio expresamente. Además ahora no puedo comer