Page 42 - Revista Num3 - Celiacs

alojamos en el Double Tree Hilton, de Guangzhou, donde
yo ya había escrito antes y me habían dicho que habían
pasado la información al chef (aunque dudo que lo hubieran
hecho con antelación). Cuando me registré enseñé la carta y
se la fotocopiaron y la llevaron a cocina. Al día siguiente ya me
esperaba un chico por la mañana donde se almorzaba en el hotel,
que cuando supo mi número de habitación se presentó y dijo
que durante mi estancia (en el desayuno, porque sólo teníamos
desayuno contratado), él sería el responsable de mi menú.
En China la comida es contundente y me ofrecieron arroz (típico
chino), pero sin ningún condimento y sin huevo para que fuera
más suave. Yo les dije si me lo podían poner para llevar (porque
me sabia mal que se tomaran tantas molestias y me veía incapaz
de tragar un arroz frito a las 7 de la mañana). Me dijeron que
ningún problema y me pusieron cada día una fiambrera con mi
menú. El segundo día me pusieron ensalada y fruta, después
arroz otra vez, etc. Por la mañana también me dieron fruta y yo
también traía cosas de casa para picar (galletas, palitos, etc.).
A la hora de cenar fuimos al restaurante que está en el mismo
edificio del hotel, pero es independiente. Volví otra vez a la carta; alto de un cerro. Cuando acabé de visitar la fortaleza y hacer fotos
una chica que era la superior de la camarera vino y la llevó al
chef, que al cabo de un rato me preguntaba qué me apetecía y
me ofrecía lo que podían hacer: algunas verduras al vapor, arroz
con marisco, arroz hervido con tomate (al estilo chino)... Esto se
repitió cada día que estuvimos en Guangzhou.
Después íbamos a Hong Kong. Allí la gente sí que sabe qué es el
gluten y qué es la dieta sin gluten, pero no por los celiacos sino
por la moda. Por un lado es bueno, porque cadenas como Mark’s
and Spencer tienen productos ingleses correctamente etiquetados
(algunas galletas, tostaditas, snacks, pasta para cocinar, una
especie de papilla para comer, etc.). Por otro lado, también está
el tema de los restaurantes que es más complicado... Yo ya había
hecho mi investigación previa en blogs y encontré algunos sitios
donde hacían platos sin gluten.
La primera noche fuimos a un restaurante que se llamaba
Brickhouse y hacían comida mejicana. Pregunté si hacían comida
sin gluten y me dijeron que sí, que ningún problema. Una vez dije
que era importante porque era celiaca, y continuaron diciéndome
que ningún problema, el camarero fue muy atento y cada plato
que traía me decía “este sin gluten para tí, lo hemos cocinado
aparte”. Ahora bien, la segunda noche intentamos cenar en
una pizzería donde hacían menú sin gluten, pero ya en el menú
advertían que no se hacían responsables de que no hubieran
trazas, ya que los platos del menú sin gluten eran sin gluten pero
cocinaban y utilizaban el mismo horno donde ponían las otras
pizzas. Hablé con el camarero y el encargado, y me dijeron que si
quería podían poner la pizza aparte pero que incluso así era una
cocina donde había de todo y no podían asegurarme al 100%.
Aún así decidí, mal hecho, probar porque no sabía donde más ir
a comer y los bocadillos que llevaba envasados al vacio ya se me
habían estropeado. Esta vez creo que había trazas porque no me
encontré bien los dos días siguientes.
Ahora bien, todo el resto del viaje ha sido genial. Ninguno de los
días de China me encontré mal, sólo en esa cena de Hong Kong,
y era el penúltimo día así que ¡podría haber sido peor!
El menu con Fly emirates, una fría y otra caliente
El menú de la compañía aérea con la que volé me sorprendió por
la diferencia entre la ida y la vuelta. ¡En la ida fue TERRIBLE! La
comida del primer vuelo (BCN-DUBAI) era imposible de comer,
muy mala (y lo dice una persona que solía comer siempre el menú
de avión). Durante el segundo vuelo dormí y cuando trajeron la
comida se equivocaron y se lo dieron a mi compañero de trabajo
con el que viajaba, que despistado no se dió cuenta que era menú
celiaco y lo cogió. Después de removerlo un poco vió que era
muy malo y lo dejó. Cuando me desperté, unos minutos después
de esta escena, la azafata me ofreció el menú normal porque
era cuando pasaba a repartir por la gente que no tenía menú
especial. Yo le dije que tenía reservado el menú para celiacos, etc.
Y me dijo que no y después me explicó que se lo habían dado a mi
compañero. Total, que lo que hizo fue limitarse a volverme a traer
la bandeja que ya había removido mi compañero, que sintiendolo
mucho devolví.
En cambio, de vuelta, justo es decir que en el primer vuelo HK-
DUBAI me dormí y no comí, pero en el segundo me trajeron
el menú y a diferencia de la ida, se componía de un panecillo
para celiacos (marca Schär), un postre que era un pastelito de
chocolate que decía I’m gluten free y estaba bastante decente…
bueno para ser comida de avión. Me sorprendió habiendo tenido
la experiencia previa del menú de ida...
Me llamo Santi, tengo 28 años y desde hace 20 años que viajo
por el mundo... Soy celiaco, intolerante a la lactosa (a pesar de
que si no abuso puedo comer un poco de queso o yogurt), y
también soy alérgico al pescado, algunas frutas y a la penicilina.
Hace unos meses creé Gluten Free Adventures, para compartir
mis aventuras (www.glutenfreeadventures.net).
Barcelona-Helsinki
Una aventura de 8 días cruzando Europa
Dicho esto, estaremos de acuerdo en que, a veces, las grandes
aventuras empiezan con una pequeña aventura, así que antes de
ir a vivir a Finlandia durante casi un año, ¡decidí llegar cruzando
Europa en coche durante 8 días!
44 CELÍACS JULIOL 2016
Salí de Sabadell el 24 de agosto con el coche cargado hasta
arriba de todo y con los nervios típicos de empezar el primer viaje
en solitario… A las 6 de la mañana salía de Sabadell, con un
primer tramo de 840km, en el que enlazaba hacia La Jonquera
hasta llegar a Choisey (Francia). A la hora de comer paré en un
área de descanso para comerme una ensalada de pasta que me
había preparado el día anterior, una comida ligera para evitar que
me viniera el sueño mientras conducía. Al llegar a Choisey, lo dejé
todo en el hotel y fui a dar una vuelta por el pueblo para estirar
las piernas y hacer tiempo hasta la hora de cenar en el Buffalo
Grill, una cadena de restaurantes ¡que sirve unos entrecots
deliciosos! Después de cenar, fui directo al hotel a descansar para
levantarme bien fresco al día siguiente. A veces las cadenas de
restaurantes son perfectas porque suelen ser franquicias y todas
tienen las mismas normas, de forma que si encontráis una que
sirva comidas sin gluten, es muy probable que el resto también
lo haga.
El dia siguiente, que amaneció tapado por la niebla, me dirigí
hacia Besançon, un pueblecito con un fuerte muy bonito en lo
en el pueblo desde la parte más alta del cerro, me dirigí hacia
Frankfurt. Paré a comer en un área de servicio donde me pedí un
bistec a la plancha y una aliñada – platos seguros porque no me
fiaba mucho de aquella cocina – y continué. Mientras me dirigía
hacia el norte, vi la señal de Heidelberg, y tomé aquella salida para
visitar la ciudad: ¡llena de estudiantes y de todas las épocas! Este
es una de las ventajas de viajar en coche, que puedes cambiar el
rumbo cuando quieras y hacia donde quieras...
Al llegar a Frankfurt, fui al hotel, y después de una buena
ducha me acerqué al centro para buscar un lugar donde cenar.
Aparqué en un parking enorme y no me fijé bien donde había
dejado el coche... después de cenar tardé más de una hora en
encontrarlo... ¡Qué susto! Como todavía no conocía Maredo, una
cadena de restaurantes que tiene franquicias en toda Alemania,
pregunté a tres o cuatro restaurantes hasta que encontré uno
que se llama SPICE KITCHEN, en la calle Zeil 92 Pavillion y me
pedí un plato típico que todavía no sé muy bien qué era, pero no
tenía gluten.
Al siguiente día, me dirigí hacia Hamburgo, donde llegué muy
tarde porque había huelga de transportistas que bloquearon la
autopista durante más de 5 horas, de forma que no pude visitar
la ciudad... además, había quedado con la familia de una amiga
alemana que ya estaba en Finlandia y se había olvidado algunas
cosas que yo recogí. Ya era tarde y estaba cansado – traía ya más
de 1.855km conducidos – de manera que decidí volver al hotel,
cenar y dar un pequeño paseo por el lado del lago. Al día siguiente
me esperaban 500 kilómetros cruzando Dinamarca hasta Malmö
(Suecia).
Me desperté bien temprano y después de almorzar en el hotel,
me dirigí hacia Dinamarca, parando a comer en Odense, donde
me comí unos nachos y un carpaccio de ternera con parmesano
que estaban buenísimos. Esto fue en el restaurante Bryggeriet
Flakhaven, delante del ayuntamiento. Quiero destacar que a
pesar de que estuve poco tiempo en Dinamarca, la experiencia
fue excelente porque la gente de allí es muy agradable. No había
cambiado coronas danesas ni suecas puesto que lo quería pagar
todo con tarjeta, pero el parquímetro sólo aceptaba monedas...
Por suerte, una señora me pagó el parquímetro y pude comer
tranquilo.
Después de atravesar unos cuántos puentes, llegué a “EL
PUENTE”, el Puente de Oresund, que conecta Copenhague
(Dinamarca) con Malmö (Suecia). Es impresionante porque
primero entras por un túnel que sale en medio del mar a través
de una isla artificial y sigues por un puente de más de 7km hasta
Malmö, donde hay una de las torres más famosas del arquitecto
Calatrava.
Al llegar a Malmö, fui a pasear por el pueblo, pero no pude ir a
ver la Turning Torso de Calatrava porque tenía que encontrar un
lugar para cenar, que el horario europeo es muy diferente al de
Barcelona... Ya estaba todo cerrado, de forma que acabé cenando
en el hotel Ibis.... sólo quedaban tres días para acabar el viaje, así Alicia Liduvine
que me levanté temprano para evitar la autopista y poder disfrutar
de las carreterillas y pueblecitos hasta Jönkoping, entre Malmö y
Estocolmo. Al llegar, había un festival de música, donde conocí
algo más de las fiestas de los suecos. Además, ya hacía frío
– temperaturas de 13 grados en agosto no son normales para
los de Barcelona – y no estaba acostumbrado, ¡así que bailar
un poco me hizo entrar en calor! No había comido nunca en
un McDonalds, así que fui a probarlo allí, ¡que sabía que tenían
hamburguesas de sin gluten!
Al día siguiente por la mañana ¡estabamos a 7 grados! Me
metí rápido en el coche con la calefacción... ¡en pleno agosto!
Surealista, para dirigirme hacia Järna, donde dormía en un resort
llamado Bommersvik Konference. De camino allí paré en un
restaurante griego que estaba a pie de carretera donde, después
de explicarl al cocinero mis alergias alimentarias (intolerancia al
gluten y alergia al pescado y algunas frutas), me preparó un menú
completamente aparte. Cómo podéis ver, a veces si explicas
bien qué te pasa los restaurantes se adaptan perfectamente.
Después de hablar un rato más con aquel hombre continué hasta
el hotel donde, por sorpresa, me encontré un mural escrito en
castellano.
Cené al lado del fuego y después me abrigué para sentarme en la
terracita del lago mientras tomaba un té bien calentito...
Al día siguiente sólo tenía 40 kilómetros hasta Estocolomo, para
coger el ferry hasta Helsinki, donde dormiría una noche. En teoría
tenía bastante tiempo para perderme por la ciudad, puesto que
embarcaba al atardecer, pero el GPS no cogía señal y tardé cuatro
horas en encontrar el puerto que tocaba, puesto que Estocolmo
tiene unos cuántos puertos y todo el mundo a quien preguntaba
me indicaba una dirección diferente. Por suerte, pude volver a
Estocolmo al cabo de unos meses... Por la noche asistí a un par
de espectáculos que ofrecían en el teatro del barco y después de
cenar en uno de los restaurantes donde hablé con el maitre para
que me hicieran comida sin gluten, fui a dormir porque al día
siguiente llegábamos temprano a Helsinki donde ya me esperaba
mi amiga y otra chica finlandesa.
¡Ya había llegado! Ahora tocaba comenzar la nueva aventura: casi
un año viviendo en Helsinki!
Últimas novedades en Webs, APPs y Libros
para estar al dia
La mentira del gluten
Alan Levinovitz
Editorial: Temas de hoy
El autor señala los peligros de la eliminación de determinados
componentes de nuestra dieta, sobre todo el gluten, como
resultado del desconocimiento de buena parte de la población,
del que se aprovechan desaprensivos y gurús de la salud.
Un intento de derrumbar creencias absurdas alrededor de la
alimentación, que en época reciente y como una moda perversa
se quieren imponer a nuestra sociedad. Este libro está en
contra de afirmaciones categóricas y nada rigurosas que, por el
contrario, pueden causar graves daños entre personas que sufren
transtornos alimentarios y presentan déficits de salud. Un libro
contra los vendedores de suplementos nutricionales, contra los
falsos profetas creadores de alimentos de diseño, aptos para
un nuevo tipo de consumidor crédulo, dispuesto a aceptar casi
cualquier recomendación que asegure -por más que se trate
de afirmaciones no constatadas-, una mejora de sus hábitos
alimentarios.
Tus recetas sin gluten
Raffaella Oppimitti
Editorial: Aguilar Ocio
Su autora ha convivido con la celiaquía desde que la dianosticaron
cuando solo tenía 18 meses. Este libro comparte sus recetas sin
gluten, pensando en los celiacos que no quieren renunciar al
sabor de la buena cocina. Como buena italiana, en el libro puedes
encontrar recetas que van desde pizzas y pastas sin gluten
hasta platos tradicionales, mediterráneos y postres deliciosos,
todo gluten free. También encontrarás algunos consejos para
seguir una buena alimentación, equilibrada y variada, a pesar de
eliminar el gluten.
Soy celíaca… y qué?
Ariadna Hernández (Texto) y Anna Villegas Pascual (Ilustraciones)
El cuento es el primer ejemplar del proyecto, encabezado por
Ariadna y Anna, con la intención de explicar, de una manera visual,
didáctica y divertida, el porqué de algunas de las enfermedades
crónicas más comunes de hoy en dia. Narra la historia de una
niña, Laura, que explica a sus amigos porqué alguno de sus
hábitos alimentarios son diferentes a los de sus amigos.
El proyecto va destinado a niños y niñas, padres y madres y a
escuelas.
El mundo del celiaco en el entorno digital
APP
Cervezas sin gluten
Gratuita – IOS
Localiza bares y restaurantes que sirven cerveza sin gluten.
Descubre y puntúa los tipos y marcas de cerveza, todas aptas para
celiacos. Comparte tus bares favoritos para que otros celiacos los
conozcan. Una idea de Ricardo Nafria, Celíaco a los 30
Ebook
Paleo dieta sin gluten
Editorial: FV Éditions
60 sabrosas recetas al alcance de todos, sin GLUTEN y sin
LACTOSA. Este libro acompaña estas 60 recetas con ilustraciones
y fotografías (15 entrantes, 15 platos y 30 postres). Simples,
didácticas y sin dogmas, este libro de recetas invita al lector a
alimentarse con alimentos que se acerquen lo máximo posible
a sus orígenes y que no hayan sido sometidos a ningún proceso
industrial. Nos invita a reflexionar sobre la forma en la que nos
alimentamos, escogiendo alimentos revitalizantes (verduras,
frutas, carnes…), en lugar de consumir ‘comida basura’ (platos y
dulces Industriales con conservantes y de larga caducidad, harina
blanca, azúcar refinado…)